A VIDA COTIDIANA EN ROMA
LAS HORAS
El día se dividía en doce horas (prima hora, secunda, tertia, etc.) desde la salida hasta la puesta del sol. Por consiguiente, las horas tenían más duración en verano que en invierno.

La noche se dividía en cuatro turnos de vela (prima vigilia, secunda, tertia, etc.) desde la puesta hasta la salida del sol. Por tanto, las vigiliae eran más largas en invierno que en verano.
El final de la hora sexta y comienzo de la séptima coincidía con el mediodía (meridies). El paso de la segunda a la tercera vigilia coincidía con la media noche (media nox).
EL ASPECTO PERSONAL
Hasta mediados del siglo III a. de C. aproximadamente los romanos no se afeitaban la barba ni se cortaban el cabello. Los que estaban de luto dejaban crecer descuidadamente la barba y el cabello.
Hubo muchos tipos de peinados femeninos. Las jóvenes se recogían los cabellos en un nudo o en trenzas. Las señoras casadas preferían el peinado. También utilizaban postizos y tintes para cambiar el color del cabello.


Bajo la toga, y con un largo hasta la rodilla, llevaban la túnica, que ceñían con un cinturón y adornaban con una banda.
L
a mujer vestía generalmente una túnica que le llegaba hasta los pies. La túnica solía estar confeccionada de lana, algodón o lino, dependiendo de la época del año. Sobre la túnica llevaban la estola, el vestido propiamente dicho. Cuando la mujer salía de casa se cubría con un manto (palla), que les dejaba el brazo derecho al descubierto.

Las mujeres solían usar abanico.
El calzado, tanto de hombres como de mujeres, consistía en sandalias, zuecos o zapatos. La única diferencia era el color y el curtido de la piel utilizada para su confección.