miércoles, 13 de junio de 2012

LA HISPANIA ROMANA

La entrada de los romanos en Hispania se produce 
en el siglo III a.C. Se establece un pacto entre Cartago y Roma que divide la península en dos zonas de influencia. 
  • El conflicto de Sagunto en el año 219 a.C. provocará la entrada de tropas romanas en el 218 a.C. a través de Ampurias, dirigidas por Publio Cornelio Escipión y su hermano. Al año siguiente desembarcó otro Publio Conelio Escipión, que tomó Cartago Nova en el año 209 a.C. y acabó con los cartagineses en la batalla de Ilipa
  • En el año 197 a.C. la península fue dividida en dos provincias encomendadas a Pretores: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, situándose el límite de ambas cerca de Cartagena.
  • Tras las revueltas de los lusitanos dirigidos por Viriato, la guerra celtibérica de mediados del II a.C. y la caída de Numantia en el año 133 a.C. a manos de un tercer Escipión, conocido como "Emiliano" y "Numantino", Roma envía a la península una comisión de diez senadores para establecer el sistema provincial definitivo y sus leyes.  Se conquistan las Baleares, comienza un período de paz, se fundan las colonias, se construyen calzadas y el latín entra a formar parte de la vida de los habitantes peninsulares.
  
 
[C. POMPEYO MAGNO]
 
[C. JULIO CÉSAR]

[OCTAVIO AUGUSTO]

El siglo I a.C. tendrá a Hispania como protagonista de buena parte de los conflictos internos de Roma. 
  1. La guerra civil entre Mario y Sila tendrá su episodio bélico en el norte peninsular con la rebelión de Sertorio, antiguo gobernador de la Citerior. Cneo Pompeyo Magno, un general legendario, entrará en la península y le derrotará, terminando el intento secesionista en el año 72 a.C.
  2. Poco tiempo después el mismo Pompeyo y su gran rival, Julio César, tendrán en Hispania enfrentamientos muy relevantes en la nueva guerra civil romana. En Lérida y Munda (Córdoba) se desarrollarán combates que acabarán con el dominio pompeyano en el año 45 a.C.
  3. En el 27 a.C. el emperador Octavio Augusto reestructuró Hispania: la Citerior pasará a llamarse Tarraconense -provincia imperial, ocupando el mismo territorio- y la Ulterior se dividirá en Betica -provincia senatorial- y Lusitania -imperial-compartiendo un territorio que verá sus límites modificados a lo largo de la historia. El Emperador rematará la conquista total de Hispania incorporando los territorios de cántabros y astures al norte del Duero en el año 19 a.C.  
 
[VESPASIANO]
 

[ADRIANO]
[TRAJANO]

Desde el siglo I d.C. Hispania se distribuirá en "conventus", circunscripciones judiciales más pequeñas dependientes de las provincias (7 en la Tarraconense, 4 en la Betica y 3 en Lusitania). En cada provincia había un legado del Emperador; en la Betica y Lusitania, además un Procónsul y un Cuestor.
Hispania tuvo un gran florecimoento con la dinastía Flavia y, muy especialmente, con la iniciada por los primeros Antoninos, Trajano y Adriano. procedentes de Hispalis. El Imperio Romano, por entonces, alcanza su máximo esplendor y su máxima extensión.
    
 
[CARACALLA]
 

[DIOCLECIANO]
 
[CONSTANTINO]
 
A principios del siglo III d.C. el emperador Caracalla, además de extender la ciudadnía romana a todos los habitantes del Imperio,creará por cierto tiempo la Hispania Nova Citerior Antoniniana, incluyendo los territorios galaicos y astures.
Con el emperador Diocleciano Hispania fue una de las tres Diócesis de la Prefectura de las Galias, y tuvo seis provincias: Lusitania, Betica, Tarraconense, Gallaecia, Cartaginense y Mauritania Tingitana -en el norte de Africa-.
Desde la época de Constantino existirá también la provincia Balearica.

 
 
 

Organización jurídica local
 La organización legal romana diferenciaba los núcleos urbanos en varios tipos:
a) Colonias: centros de población habitados por los romanos -por motivos militares o para descongestionar núcleos mayores-.
b) Municipios: ciudades incorporadas a Roma por derecho de ciudadanía o derecho latino -sus habitantes tenían autonomía pero pagaban tributos y cumplían para el servicio militar-.
c) Ciudades indígenas: ciudades federadas (pactos con Roma); ciudades estipendiarias (sometidas al gobernador de provincia, pagan tributos); ciudades libres (sin sometimiento al gobernador, pagan tributos)
Estos núcleos ocupaban poco menos que una quinta parte de las poblaciones de la península; la mayoría seguían siendo "castros" indígenas más o menos controlados por Roma.

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