miércoles, 13 de junio de 2012

La República Romana (II)

La expansión de Roma
Tras haber sometido a Lacio, la expansión romana por la península Itálica se produjo en tres fases:
1. Guerra estrusca, que compuso el dominio de la Italia del norte


2.Guerra contra los samnamitas, tras la cual Roma ocupó el centro de la península.


3.Expansión hacia la Magna Grecia y conquista de Tarento.


Las querras Púnicas
1.Primera Guerra Púnica (264-241 a. C.)
  CAUSAS
  -Causa inmediata de la guerra: intervención militar de Cartago en la ciudad siciliana de Messana, la cual había sido tomada por los mamertinos
  -Causa profunda de la guerra: interés tanto de Roma como de Cartago para controlar el estrecho de Mesina.

  CONSECUENCIAS
  -Roma se apodero de Sicilia y aplico en la isla un régimen de dominación directa a diferencia de Italia. Solo pactó con Siracusa
  -Cartago quedó en una situación económica muy precaria y perdió sus bases militares en Córcega y Cerdeña. Finalmente estas dos islas fueron anexionadas por Roma
  -Creación de las dos primeras provincias romanas en el año 227 a.C. Sicilia por un lado y Córcega y Cerdeña por otra. Ambas provincias quedaron bajo jurisdicción de sendos pretores.


2.Segunda Guerra Púnica (218-202 a. C.) 
Tras la Primera Guerra Punica, Cartago intentó recuperarse económicamente centrando su expansión territorial en la P. ibérica. Los artífices de la expansión cartaginesa en la P. ibérica fueron los Bárquidas.

+Amílcar Barca:
Conquistas en el valle del Guadalquivir y la región minera de sierra Morena
Política de alianzas con los pueblos indígenas

+Asdrúbal
Fundación de Cartago Nova (Cartagena) que paso a ser la capital del imperio cartaginés en Iberia
Recuperación económica de Cartago gracias a la explotación del suelo hispano
Tratado del Ebro (226 a.C.) lo que se hacia basicamente era definir sus áreas de influencia con limite en el Ebro

+Aníbal
Política expansionista activa: incursiones en la meseta norte
Casus belli: Aníbal asedia Sagunto (219 a.C.) aliado de Roma
Marcha de Aníbal a Italia, desembarco de Cneo Escipion en Tarraco
Aníbal se alió con Filipo V de macedonia (Primera Guerra Macedonica)
Publio Cornelio expulsa a los cartagineses de Hispania
Victoria romana en Zama en 202 a.C.
Publio Cornelio Escipion “el Africano” recibió el triunfo en Rima
197 a.C. creación de las provincias de Hispania Citerior y Ulterior
154-153 a.C. guerras romanas contra celtiberos y lusitanos (Viriato)

3.Tercera Guerra Púnica (149-146 a. C.)

Tras la derrota en la S.G. Punica Cartago respetó los pactos e intento recuperarse económicamente. Un parte de la clase dirigente romana, encabezada por Catón veía con preocupación una posible reconstrucción de la potencia púnica.
Casus belli: Cartago declaró la guerra a Numidia, donde reinaba Masinissa, sin pedir permiso a Roma. Tras un asedio de tres años, la ciudad de Cartago fue destruida a manos de Escipion Emiliano. El territorio cartaginés fue sometido a una administración directa en el año 146 a.C. se creo la provincia de África con capital en Cartago. 

El final de la República

Estos enfrentamientos entre los guardianes de las antiguas tradiciones romanas y los partidarios de las novedades venidas de Grecia volvieron a introducir –a mediados del siglo II a.C.- un clima de gran agitación en el interior de la ciudad, que cristalizó con el famoso conflicto de los Gracos.
Los Gracos eran dos hermanos de ideas avanzadas que, como Tribunos de la Plebe y en defensa de sus intereses, reclamaban una reforma agraria: la distribución gratuita de tierras entre los ciudadanos más pobres de Roma, en perjuicio de los todopoderosos terratenientes.
Los dos fueron asesinados. El mayor, el mismo día en que acababa su mandato de Tribuno, pues los Tribunos de la Plebe –como dijimos- eran sagrados e inviolables. Con el hermano menor, sin embargo, ni siquiera esperaron a que expirara su mandato.
Las tres guerras civiles.
La muerte violenta de los Gracos dio comienzo al siglo I a.C., el más terrible y convulso de la Historia de Roma. Durante ese siglo, Roma se desangró en interminables Guerras Civiles, cuya causa era precisamente su poder y sus inmensos dominios.
En efecto, las instituciones Republicanas, que habían servido para gobernar la ciudad durante 500 años y la habían conducido a la conquista del Mediterráneo, eran insuficientes para administrar sus posesiones.
Los romanos habían dispuesto sus leyes para evitar que un solo hombre ostentara el poder absoluto, pero los generales romanos se habían vuelto demasiado poderosos. Apoyados en sus legiones y en los recursos de las provincias que gobernaban, pugnaban entre sí para hacerse con el poder en solitario. Primero Mario y Sila, después Julio César y Pompeyo, sumieron el Mediterráneo en un baño de sangre.
Al final de este periodo convulso destaca la figura gigantesca de Julio César: el hombre que, por fin, consiguió concentrar en su mano todos los poderes políticos de forma indefinida. Pero Roma, orgullosa de su tradición republicana, no estaba madura para semejante cambio.

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